24 febrero 2009

Llegó el momento de movilizar una aplicación

Vale, el valor de movilizar una aplicación o sistema se ha demostrado y llega el momento de llevarlo a cabo.
El departamento de sistemas se encuentra con una aplicación para escritorio, digamos que con acceso web, y con la petición de hacerla accesible en movilidad. El error más normal es que se simplifique la situación y el análisis se centre en temas técnicos y de protocolos y alguien llegue a la precipitada conclusión de que, con poco esfuerzo, “la aplicación actual podría funcionar en movilidad”. Este es el error.

Y os cuento por qué.
La usabilidad de una aplicación en movilidad es totalmente distinta a una de escritorio:
La información a mostrar debe organizarse teniendo en cuenta el tamaño del dispositivo a usar, por ejemplo, no tiene sentido mostrar listas de más de 10 elementos en un móvil.
También hay que tener en cuenta que la navegación también es más lenta, por lo que hay que minimizar el número de clicks.
En Blackberry, la dimensión es arriba / abajo, pero no pongas un enlace a la derecha del otro, porque es muy lioso.

Otro aviso a quien quiera movilizar aplicaciones, si tienes en cuenta lo anterior, tendrás que hacer algunos añadidos a tus programas, pero ojo con tocar la lógica de negocio, esta debe ser la misma en ambas versiones, escritorio y móvil, sino que se debe definir una lógica de presentación por encima de esa y que es la que varía.
En pocas palabras, si la aplicación se ha desarrollado de una manera estructurada y con sentido, la movilización de la misma no debe ser complicada, pero si no lo ha sido, lo que es más habitual, realizar las modificaciones puede suponer un esfuerzo significativo.

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